Resumen:
A lo largo del tiempo se ha reflejado la constante necesidad de introducir las nuevas
tecnologías en nuestras formas de trabajo, es por esto que surge el TELETRABAJO como una nueva forma de organización laboral, donde ya no se requiere acudir a un determinado lugar para realizarlo bajo la mirada del propio empleador, sino que se otorga una mayor comodidad al trabajador al hacerlo desde la comodidad de su casa. Esta modalidad ha modificado totalmente la manera de trabajar de muchas personas que no estaban acostumbradas a esta novedad y que han tenido que realizar capacitaciones para poder acceder al conocimiento de las distintas tecnologías que se requieren para la realización del
trabajo.
Actualmente, el surgimiento de la pandemia de COVID-19 ha provocado un incremento del teletrabajo para millones de personas. El crecimiento de esta tendencia hace que los
expertos se pregunten si tenemos ante nosotros una revolución que podría repercutir en el futuro inmediato de los trabajadores, o, al menos, en el de aquellas personas cuyo trabajo no requiere estar ligado a una ubicación física concreta.
El aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) demostró ser la forma más eficaz de
enfrentar al virus y sobre todo para intentar mejorar los sistemas sanitarios. Sin embargo,
puso en evidencia también la incapacidad del capitalismo neoliberal de resolver la crisis, que por el contrario se profundiza día tras día.
También es importante señalar que la pandemia y el ASPO no produjeron el teletrabajo.
Esta modalidad de organización del trabajo tiene ya muchos años, pero se extendió
mayormente desde la década del 90, con la expansión de la tecnología e internet. Sin
embargo, el aislamiento está implicando la masificación del home office como modalidad,
produciendo una cantidad de dificultades para las y los trabajadores del mundo.
Antes de iniciarse la pandemia ya se hablaba mucho sobre las consecuencias de la
tecnología para el futuro del empleo. Pero ya que muchos países, empresas y trabajadores optaron por trabajar a distancia para contener la transmisión de la COVID-19, ese futuro llegó antes de lo previsto, de forma repentina, cambiando nuestra forma de trabajar. Las reuniones virtuales se han transformado en algo común y ha aumentado la actividad económica en una amplia gama de plataformas digitales.
Conforme se levantan las restricciones, la pregunta que está en la mente de todos es si esta forma de trabajar se convertirá en la "nueva normalidad". Algunas de las grandes empresas en las economías desarrolladas ya han dicho que lo que era un gran proyecto piloto sin un plan específico, el teletrabajo, se convertirá en la forma habitual de organizar el mercado laboral.