Resumen:
No solo es fundamental saber si un reproductor es fértil o no, además necesitamos saber el nivel de fertilidad del mismo. Es un tema central en programas de inseminación artificial (IA), debido a que un gran número de hembras van a ser inseminadas con su semen. Por lo tanto, la evaluación de su aptitud reproductiva y de la calidad de su semen son de primordial importancia para mantener un estándar de eficacia reproductiva en la granja porcina. El espermiograma nos permite determinar el grado de normalidad del semen antes de ser procesado para la IA. Esta evaluación incluye, en forma rutinaria, la determinación inmediata de su volumen, aspecto (color, contaminación, pH, etc.), la concentración y el grado de movilidad progresiva de los espermatozoides, así como la evaluación -mediata- de la morfología espermática y la presencia de células extrañas.
Ante la amplia variación de condiciones ambientales a lo largo del año es que se decidió evaluar la condición del eyaculado porcino durante los doce meses. Se midieron parámetros macroscópicos y microscópicos. Dentro de estos últimos, la concentración espermática es el más importante dentro de la producción porcina, por tratarse de la cantidad final de inseminaciones artificiales posibles con cada eyaculado seminal. Para esta variable se encontraron diferencias estadísticas, concluyendo que invierno es el momento del año donde se obtiene la mayor cantidad de dosis seminales, es decir, mayor concentración espermática. En tanto que, verano es el momento donde la concentración alcanzo sus valores mínimos.