Abstract:
El jabalí euroasiático Sus scrofa pertenece al género Sus, originario del sudeste asiático. Esta especie se encuentra ampliamente distribuida en todo el mundo y puede presentarse en cuatro morfotipos distintos: jabalí silvestre, cerdo feral, cerdo doméstico (producto de la domesticación del jabalí) y como combinaciones híbridas de las anteriores.
En Argentina, el jabalí euroasiático es el único suido exótico silvestre introducido. La primera introducción data de 1904, cuando Pedro Luro introdujo siete ejemplares originarios de Francia a la estancia San Huberto de la provincia de La Pampa. El segundo evento ocurrió en la provincia de Río Negro, por Aarón de Anchorena quien trasladó algunos ejemplares de una estancia de su propiedad ubicada en Colonia, Uruguay, a otra estancia ubicada sobre la costa del lago Nahuel Huapi. El último evento ocurrió en la provincia de Entre Ríos a fines de la década de 1940, aunque el origen de estos jabalíes permanece desconocido. A partir de estos tres núcleos, las características de la especie sumadas a las condiciones adecuadas dieron origen a la expansión de la especie en el país, ocupando actualmente casi la totalidad de la región pampeana, el norte de la región patagónica y el sur de la región de Cuyo. Dentro de esta zona se encuentra un gran número de parques nacionales, donde el jabalí representa una amenaza para la integridad de estos ambientes valiosos para la conservación. Se han registrado otros focos de aparición, pero están relacionados a la dispersión activa del hombre. En Argentina el jabalí constituye una amenaza para las actividades agropecuarias y para la estabilidad de muchos ecosistemas, pero a pesar de esto constituye un recurso de alto valor económico, por la calidad de su carne y por su valor cinegético.
Para entender la dinámica de las poblaciones de Argentina, se deben considerar las posibles relaciones con las poblaciones de Uruguay, donde el jabalí se introdujo con fines cinegéticos a principios del siglo XX, y del sur de Brasil, donde el jabalí se introdujo a fines del siglo XX con el fin de obtener híbridos con el cerdo doméstico para comercializar carnes exóticas.
Para caracterizar las relaciones filogenéticas entre las distintas poblaciones de jabalí silvestre de Argentina, y con el fin de determinar el patrón de expansión que esta especie tuvo en el país, se utilizó como marcador al gen mitocondrial citocromo b para el análisis filogenético como filogeográfico de esta especie en el país.