Resumen:
La comunicación visual y gráfica supone la utilización de los medios y soportes proporcionados por las técnicas y el conocimiento disponibles en cada época. Comenzó en la prehistoria con las pinturas rupestres descubiertas en las piedras de las cavernas. Mucho tiempo transcurrió hasta
que la humanidad pudo contar con un sistema de escritura, la cuneiforme desarrollada en la Mesopotamia y la jeroglífica en Egipto, entre los años 3.350 y 3.100 a.C, que dieron origen a la historia occidental a través de los registros escritos. En esta era, los soportes y técnicas fueron las tablillas de arcilla grabadas con cuñas; la piedra con cincel y martillo; el papiro y los pergaminos con la tinta, el pincel y la pluma desde la antigüedad y durante la edad media; hasta la llegada a occidente del papel (inventado en China en el año 105 d.C.), la tinta y las técnicas de impresión inventadas también en China entre los siglos VI y XI dC. Estos materiales, junto a las técnicas desarrolladas a través de siglos, hicieron posible el inicio de la era de la imprenta y de las artes gráficas en la cultura occidental. Antes de su difusión en todo el mundo gracias a la innovación de Johannes Gutenberg en el siglo XV -la utilización de los tipos móviles metálicos- ya se utilizaban en Europa y Asia el estarcido, la xilografía y el grabado como técnicas de impresión y reproducción.
Con el desarrollo de las ciencias en la era moderna, en especial la física y la química, se inventó la fotografía (Daguerre- 1838), y con el desarrollo de las emulsiones fotosensibles surgieron el fotograbado, la autotipía y la fotocomposición, que permitieron la reproducción de imágenes fotográficas en libros y periódicos, además de ilustraciones y textos.
Las invenciones de nuevos materiales, máquinas y artefactos a partir de la revolución industrial ocurrida entre los siglos XVIII y XX –la monotipia y la linotipia para la impresión tipográfica, la calcografía y la litografía, las máquinas impresoras, entre otros desarrollos- dieron origen a las denominadas “artes gráficas” y a las técnicas de impresión y reproducción industrial utilizadas hasta hoy en día, como el rotograbado, la flexografía y el offset, junto a otros procedimientos alternativos de impresión.
Con los avances logrados por la ciencia y las innovaciones tecnológicas en los 500 años posteriores a Gutenberg, entre ellos la máquina a vapor en el siglo XVIII y la electricidad en el siglo XIX, el siglo XX se caracterizó por la mecanización de los procesos de producción, la producción masiva y en serie, y con ello, el auge de la comunicación visual impresa, dando lugar al inicio de la “industria gráfica”.
La microelectrónica en la segunda mitad del siglo XX permitió el desarrollo de los primeros sistemas de preimpresión digitales, como el escáner de Dell, el grabado electrónico de cilindros para rotograbado, la cámara fotográfica digital, y lo más importante, la computadora personal o PC. La utilización de los entornos gráficos en las PC a partir de la década de 1980 (Macintosh OS y Windows) permitieron el desarrollo de software específico para el Diseño Asistido por Computadora (CAD): Adobe, Aldus, Macromedia y Corel, entre otros, desarrollaron los primeros
programas de dibujo, autoedición y edición de imágenes digitales. El CAD junto a la
microelectrónica utilizada en la Manufactura Asistida por Computadora (CAM) en la preimpresión, dieron origen al concepto de Computer to: Film (película), Plate (plancha), Press (prensa), y finalmente la llegada de las nuevas tecnologías de impresión digital directa (DI): laser, inkjet, electrofotografía, offset digital, transferencia térmica, entre otras, que eliminaron completamente la utilización de formas impresoras fotograbadas y permiten la impresión directa (DI) desde la computadora a partir de un archivo digital.
Con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en los últimos años del siglo XX, los avances tecnológicos en el campo de la comunicación visual y de la industria gráfica se desarrollaron a una velocidad como nunca antes en la historia de la humanidad, dando lugar a la denominada “era digital”.
Hoy en día, la imagen es digital, y las palabras también. En esta época de cambios, las ya conocidas técnicas y soportes de la industria gráfica conviven con las nuevas tecnologías, en algunos casos hasta el punto de generar soportes híbridos (Hypermedia, Transmedia, Realidad Virtual y Aumentada, entre otras posibilidades). Hoy conviven el texto impreso con el hipertexto, la fotografía impresa con la digital y los nuevos medios virtuales con los tradicionales productos impresos. En esta nueva era, que reparte sus realizaciones entre lo real y lo virtual dando origen a los sistemas ciber-físicos, la imagen se convierte en realidad virtual. Con la Internet y las TICs,
los “medios” son los programas de diseño y las aplicaciones (software), las computadoras (hardware), y la comunicación digital alámbrica e inalámbrica; mientras que el “soporte” es virtual (pantalla digital), que pueden o no, convertirse en un producto impreso a través de la impresión convencional o la digital.
Los dispositivos e instrumentos utilizados con la revolución tecnológica de nuestros días, comienzan poco a poco, pero más rápido que nunca, a sustituir a algunos de los medios y soportes impresos conocidos y utilizados durante siglos por la humanidad.
Es por ello que, en los últimos años, las pequeñas empresas en general y las gráficas en particular, se enfrentan a entornos cada vez más complejos, dinámicos e inciertos, principalmente como consecuencia de los constantes y profundos cambios impulsados por la “era digital” y el inicio de un nuevo paradigma tecno-económico: la Industria 4.0, caracterizada por los constantes cambios sociales y tecnológicos, que alcanzan por supuesto a las formas de producción y consumo de bienes, la difusión del conocimiento y el acceso a la información a nivel mundial.
Las nuevas exigencias del mercado y los avances tecnológicos suponen constantes retos a los que deben enfrentarse las empresas gráficas, y pone en el centro del debate, más que nunca, la necesidad de innovar tecnológica, organizativa y comercialmente, para alcanzar niveles aceptables de competitividad, sobrevivir y adaptarse a este nuevo paradigma tecno-económico, para sobrevivir, desarrollarse y crecer.
En este contexto, la posibilidad de mantener la competitividad -especialmente en las micro y pequeñas empresas gráficas alejadas de los grandes centros urbanos- será posible únicamente a través de la innovación tecnológica constante, incorporando nuevas tecnologías o adaptando las existentes, para lograr mayor flexibilidad en todos los niveles del proceso productivo; implementando sistemas y prácticas de gestión que garanticen la sustentabilidad, la calidad y la eficiencia de los procesos y los productos, junto a nuevos canales de comercialización y distribución que se adapten a las nuevas necesidades y demandas de los clientes, usuarios y consumidores.
Todo ello será posible únicamente si se aplican prácticas organizativas y productivas innovadoras, y la necesaria formación de recursos humanos para alcanzar los mejores resultados en las pequeñas empresas graficas de la Provincia de Misiones.