Guerrero, Rafael; Campofiloni, Victoria; Paz, Eugenio; Raccabruna, Mariana; Gallo, Manuel; Ampudia, Silvana; Bergroth, Lucas; Alés, Micaela; Aguilar, Fabricio; Asprella, María Clara; Pérez, Nara; Reyna, Estefanía; Silvero, Marcos
Resumen:
El proyecto fue desarrollado desde la perspectiva teórica de la “Extensión crítica” de Tomassino (2010) y su revisión luego de una década, llevada adelante en el X Congreso Nacional de Extensión Universitaria, en La Pampa. La misma pretende integrar lo sentipensante y avanzar sobre cuestiones como la democratización territorial de la enseñanza universitaria y la extensión dialógico/crítica.
Se intenta entonces en la articulación del proyecto atender los ejes propios de los procesos extensionistas críticos, trabajando fuera del espacio áulico, legitimado e integrando otros lugares de producción del conocimiento no propios de la academia, colaborar interdisciplinariamente con otros profesionales, organizaciones y la comunidad del lugar, todo en un contexto de entramados complejos de significaciones y relatos.
En este caso la producción de imaginarios sentidos de los habitantes de la localidad, mediadas a través del diseño. Éste marco teórico está también y especialmente atravesado por las conceptualizaciones de la “nueva museología”, que se lleva adelante en el CIMAY, comitente del trabajo. Para este nuevo modelo o idea de museo, Lacouture (1996) sostiene que cada objeto tiene un significado; que el significado lo da el Hombre, que el objeto deviene símbolo de una realidad, que el hecho museológico confronta al hombre con su realidad y que ésta es la totalidad naturaleza-hombre. Cabe destacar que la introducción al concepto de nueva museología fue facilitada para los participantes del proyecto en diversas instancias por los hacedores del CIMAY, que pretende rescatar el patrimonio inmaterial, atravesado por la figura histórica de Atahualpa Yupanqui, desde el sentido de su canto siempre identificado –e interpretado- con la defensa de los derechos y las realidades de los excluidos. Con un entrecruzamiento de sentidos propio de una coyuntura actual dónde se interpela el "campo", el "hombre de campo", las tradiciones y las nuevas formas de vida y vivencias del pueblo.
Respecto de la metodología aplicada en la experiencia, desde el espacio áulico se plantea un primer acercamiento mediante la lectura y análisis de producción teórica del CIMAY, así como también casos de estudios e información sobre “Nueva museología”. Se propuso un tipo de abordaje que pueda dar cuenta de los relatos propios de las y los habitantes de Peña, a través de un proceso de observación participante para luego tomar partido en los procesos de “mediación”. Hablamos de mediación en términos de diseño, acordando con Ledesma (2014), cuando explica al diseño como un saber técnico y un saber cultural y a los diseñadores como mediadores, como vehículos de la articulación de sujeto/objeto/interfase.
Las estudiantes realizaron entrevistas semiestructuradas y en profundidad a los representantes del Centro de Interpretación y Museo Atahualpa Yupanqui y a los vecinos de la localidad. Además en el marco de una visita guiada, se realizó un registro fotográfico, se tomaron medidas y calcularon dimensiones como así también realizaron croquis a mano alzada de distintos espacios del pueblo. Posteriormente y para la producción del práctico que se propuso en el espacio curricular del Taller II al que pertenecen las estudiantes, se utilizó la metodología propia de las disciplinas de prefiguración, el proceso proyectual. En dicho proceso, se generaron instancias teórico-propositivas que asumieron la complejidad de trascender lo objetual. Para la intervención visual, las estudiantes elaboraron la premisa “El pueblo es el museo” y tomaron como partido ese orden de sentido para el trabajo. La propuesta estuvo arraigada en la investigación previa a partir de la cual se delimitaron espacios significativos para las y los habitantes de la localidad, entendidos como sujetos histórico-sociales insertos dentro de diferentes formas de discursos inscriptos en el territorio, desde ese lugar donde algo es contado, narrado.
Desde allí pensando en la territorialidad como una forma discursiva y a la narrativa como parte del patrimonio intangible es que se aborda el trabajo gráfico, aún en proceso, y se intenta la reflexión sobre la dimensión del hacer del diseño, como una práctica social, histórica y modeladora de representaciones.